Los sótanos son espacios del hogar que pueden ser aprovechables con una gran cantidad de proyectos, más allá del almacenamiento de los objetos que no usas durante todo el año. El problema es que generan mucha humedad y esto afecta tus cosas, las paredes y la pintura que aplicas en las superficies. Por eso, queremos darte algunos tips para que puedas pintar sótanos, previniendo la humedad, el moho y los hongos
Tabla de Contenidos
¿Por qué se presenta la humedad en los sótanos?
Lo primero que debes saber para poder tratar los problemas de humedad en los sótanos, es el motivo por el que estos se hacen evidentes.
La razón principal es el contacto con fuentes de agua que están en contacto con las superficies, es decir, las paredes, el suelo y el techo. En algunos casos, este problema puede ser bastante grave, por lo que la prevención es fundamental.
Otro de los motivos por los cuales se presenta la humedad en el sótano es la falta de una ventilación adecuada, que mantenga el área más seca. Es decir, que no está de más aportar algo más de corrientes de aire a esta zona de tu hogar.
¿Cómo reconocemos la humedad en el sótano?
Si tienes problemas de humedad en el sótano, lo primero que notarás es el olor característico, que es el mismo que suele encontrarse en espacios cerrados por mucho tiempo. Luego se harán evidentes unas manchas oscuras, mayormente en las paredes, pero puedes verlas también en el techo y el suelo.
En algunos casos la pintura de las superficies se ve resquebrajada y levantada, dejando ver el friso. Y es muy posible que encuentres también restos de granos de sal pegados en las paredes, a estos se les conoce como eflorescencias salinas.
Idealmente, debes tratar las superficies de la estructura del sótano antes de que esto suceda, como una medida preventiva. Pero si el problema ya está presente, no te preocupes, a continuación, te contamos como puedes solucionarlo.
Repara y pinta las paredes de los sótanos
Antes de pintar las paredes de tu sótano, comienza por preparar la superficie. Esto puede requerir algunas reparaciones, para que, al momento de aplicar la pintura, obtengas un acabado prolijo y duradero.
Limpieza preliminar
Comienza por limpiar la zona a conciencia. Procura eliminar el polvillo, la suciedad y los restos de pintura vieja que se han despegado de la superficie de la pared. Puedes usar agua sola o con u poco de lejía. Si encuentras florescencias salinas, puedes limpiarlas con un cepillo seco.
Realiza reparaciones
Es muy posible que encuentres algunas zonas que requieran de reparaciones. Si es el caso, aplica masilla para rellenar y alisar la superficie. Para un acabado más liso, se recomienda repasar con una lija de grano fino.
De hecho, si quieres mejorar el resultado final, pasa la misma lija por toda la superficie, en lugar de hacerlo únicamente donde has realizado una reparación. De esta manera, te aseguras de eliminar todo rastro de humedad superficial. Al terminar, no olvides limpiar el polvillo resultante de estos trabajos.
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¡Es momento de pintar!
Antes de comenzar, debes elegir el producto correcto para proteger tus paredes. En los sótanos con humedad es recomendable utilizar pinturas antihumedad, las cuales sueles ser de base disolvente. Aplica una primera capa y deja secar al menos unas 24 horas antes de una segunda aplicación.
En algunos casos, será recomendado aplicar una tercera e incluso una cuarta capa de pintura antihumedad. Recuerda respetar los tiempos de secado entre una aplicación y otra, para obtener el resultado esperado.
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Ponle el color de tu preferencia
Aunque el blanco es uno de los mejores colores para colocar en un espacio cerrado, dado que aporta luminosidad y amplitud, existen muchos proyectos para el uso se los sótanos, y esto permite una elección de color más amplia.
Ahora bien, sea cual sea tu elección, para pintar sótanos se recomienda aplicar pintura de esmalte acrílico al agua, preferiblemente de alta calidad. Esta no solo es de secado rápido, también es libre de olores y cuenta con un acabado fácil de limpiar, lo que es una gran ventaja considerando la zona en la que estás trabajando.
Recuerda aplicar al menos dos capas, con una diferencia de 24 horas entre una y otra. Y, como última recomendación, no olvides proteger los marcos de las puertas, zócalo, enchufes y todo lo que corra el riesgo de salpicarse con la pintura. Para esto, utiliza papel o plástico y fíjalo con cinta de enmascarar.
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